La tercera entrada de este Blog dedicada al Café Cantante del Burrero (Véase Génesis y composición de la fotografía del Café Cantante del Burrero I y Los enigmas de una fotografía: Café Cantante del Burrero (II)) se adentra en la parte más técnica de la que se considera la imagen más emblemática del fotógrafo Emilio Beauchy Cano. Partiendo de las similitudes y diferencias ya expuestas, este artículo se centra en los detalles que permiten deducir cómo pudo desarrollarse la sesión fotográfica, la posición de la cámara, qué tipo de fotografías se realizaron e, incluso, en qué orden.
Los autores de este artículo partieron de dos cuestiones claves: ¿Fue una sesión fotográfica habitual, con la intención de tomar tres imágenes motivadas por la apertura del nuevo local? ¿O desde el primer momento hubo una intención clara de realizar, al menos, una estereoscopía y luego la demanda llevó a comercializarlas como fotos independientes?
A continuación se exponen los argumentos que justifican la segunda teoría, la de que Emilio Beauchy Cano planificó desde el principio una sesión fotográfica con la intención de obtener una estereoscopía y, ante el aumento de la demanda, se lanzó a comercializarlas como fotos independientes.
Numeración arbitraria de las imágenes
En primer lugar, hay que destacar la arbitrariedad de la numeración que tiene cada una de las tres fotos que se conocen sobre la famosa sesión fotográfica que llevan el mismo título de ‘Café Cantante’ y la firma E. Beauchy y, lo razonable, sería descartar una de ellas.
Imagen nº 142 o 156
La primera imagen del ‘Café Cantante’ está registrada con el número 142, aunque también aparecen registros de esta misma con el número 156. Es, quizás, la fotografía del ‘Café Cantante’ más divulgada en los medios de comunicación (y referente en Wikipedia).
Imagen nº 179
La segunda imagen, con el número 179 mantiene una gran similitud a la anterior (142 o 156) en sus personajes (artistas y espectadores), pero se detectan ciertas diferencias en el resto de la composición que permiten argumentar la posible intencionalidad por parte del fotógrafo de la realización de una estereoscopía. Como por ejemplo, la presencia del arco izquierdo junto al tablao.
Imagen nº 179-2
La tercera imagen, diferenciada por los autores de este artículo como 179-2, presenta claras diferencias con las anteriores en la postura y la expresión de algunos artistas y espectadores, lo que permite descartarla de formar parte de una estereoscopía.
Ausencia del arco izquierdo
Si se quiere dar fundamento a la hipótesis de que el fotógrafo realizó una estereoscopia de esta escena, un condicionante muy importante es la ausencia del arco izquierdo, como ocurre en todas las copias que circulan sobre la primera imagen, pues no debería existir diferencias en los tamaños de los motivos fotografiados. Dicha diferencia se habría producido al aplicarse una distancia de enfoque diferente en una y otra imagen, lo cual no se da en la realización de una estereoscopía. O bien, como se puede suponer, fue el resultado de la simple ampliación de una copia de la primera imagen, algo que se desconoce hasta ahora, probablemente favorecida por una mayor idoneidad en su posterior comercialización.
Precisamente por la ausencia de dicho arco en la fotografía nº 142, se ha ampliado la 179 (eliminando el arco que esta posee) para simular la estereoscopía que se detalla más adelante y hacer coincidir, en lo posible, los tamaños en ambas imágenes.
Tipo y número de cámaras empleadas
Todo lo anterior lleva a preguntarse sobre el tipo y número de cámaras que pudieron utilizarse en la famosa sesión fotográfica: ¿fue una cámara normal, de un solo objetivo, con un pequeño desplazamiento lateral posterior? ¿Fueron dos cámaras iguales con captura sincronizada? ¿O una cámara especial para estereoscopías con dos objetivos?
Como ya se informó en la entrada anterior del Café Cantante del Burrero II, estas fotografías se realizaron en 1888, para entonces ya estaba muy desarrollada la técnica de la realización de estereoscopías. Y, además, por la distancia a la que fueron tomadas las imágenes analizadas, el número de ellas y la naturaleza nada estática de los motivos a fotografiar, es razonable pensar que el fotógrafo pudo utilizar dos cámaras sincronizadas o bien una cámara estereoscópica (como la de esta imagen a la izquierda tomada de Wikipedia que data de 1865).
La técnica estereoscópica está basada en la recomposición de la visión binocular propia del ser humano. Al combinar dos tomas levemente desiguales de un mismo objeto, este procedimiento logra dar una ilusión de tridimensionalidad, simulando la percepción de profundidad, perspectiva y relieve natural.
Ya se sabía el uso que de la estereoscopía hicieron los fotógrafos en aquella época, entre ellos Emilio y Julio Beauchy, incluso en este portal hay recogida una de las más emblemáticas (arriba expuesta), la del ‘Paseo de las Delicias’ realizada por Julio Beauchy Perón y comercializada como albúmina estereoscópica antes de 1868 en su estudio de Sierpes 102.
En la Colección de la Familia Beauchy se conservan varias cajas de estereoscopías y dos estereoscopios para visualizarlas de gran valor:
La mayoría de las estereoscopías que se conservan en la Colección de la Familia Beauchy son de fechas posteriores a 1913, año último en el que figura como fotógrafo profesional Julio Beauchy García. Algunas de estas imágenes se pueden encontrar en este portal, en la categoría de Estereoscopías. Sin descartar la posible autoría de Emilio Beauchy Cano, en general, estas imágenes fueron realizadas por Julio Beauchy García, como por ejemplo el retrato de Emilio Beauchy Cano en Rota (bajo estas líneas), en el que se puede apreciar la diferencia principal entre las dos imágenes que componen una estereoscopía (rayas en amarillo).
Básicamente, la diferencia de las estereoscopías reside en un cambio de perspectiva, ya que se observa el mismo motivo en distintos ángulos, debido a que los objetivos de la cámara están desplazados a una cierta distancia en horizontal, imitando la posición de los ojos del espectador para conseguir una visión en 3D. Otro ejemplo, el de esta imagen tomada también en Rota por el fotógrafo Julio Beauchy García de una escena familiar en la playa con su mujer y una niñera (bajo estas líneas). En esta ocasión debió utilizarse una cámara con dos objetivos, según se observa en la sombra del fotógrafo, de otra estereoscopía, pues aquí solo se puede ver una de las dos imágenes que la componen.
Contexto y datos de la sesión del Café Cantante
Retomando la hipótesis de la estereoscopía del ‘Café Cantante del Burrero’, al contextualizar la sesión fotográfica y aportar algunos datos y fotografías se avanza en la investigación.
La sesión de fotografía tuvo lugar en 1888, año, por cierto, de la inauguración del Café Cantante del Burrero, situado en Sierpes 11/Pasión 11, en el mismo espacio donde estuvo un antiguo convento y posterior Casino Militar, casi frente a Sierpes 30, donde vivía el fotógrafo desde que nació.
Emilio Beauchy Cano está en la plenitud de su carrera profesional. El 1 de agosto de 1888 se produjo el hundimiento del cimborrio de la Catedral de Sevilla, máximo exponente de su categoría como fotoperiodista con colaboraciones en la revista La Ilustración Española y Americana. Su padre, Julio Beauchy Perón, iniciador de la saga de fotógrafos, ya hacía siete años que había fallecido y su hijo, Julio Beauchy García, que años después tomaría las riendas para continuar con ella, cumplía entonces 5 años. Precisamente este niño servirá para fechar algunas de sus famosas fotografías de la categoría Vistas y Monumentos, que también se pueden encontrar en el Portfolio (ver la entrada del blog Beauchy ¿quién es ese niño?).
En el tablao del Burrero se encontraban el día de la sesión fotográfica hasta 17 artistas, identificados la mayoría de ellos en la entrada II del blog, con alguna discrepancia detectada posteriormente, como la presencia de Dolores Camacho la Melliza, que tendría solo 10 años, en su lugar puede estar su madre Teresa Camacho, hermana de La Honrá (según R. Estévez). Y completaba la escena 11 espectadores,que hacían de público, de edades muy diversas, entre los cuales estaría un camarero, el primero sentado a la derecha y de nombre Horita (según R. Estévez); e incluso se ha sugerido que podría estar algún pariente del dueño o incluso el mismo Manuel Ojeda El Burrero, sin especificarse cuál de ellos podría ser.
Y, por qué no, el mismísimo fotógrafo Emilio Beauchy Cano que, en diversas ocasiones, había aparecido ya en alguna de sus fotografías, como ésta (junto a estas líneas) en las de las Ruinas de Itálica de Sevilla, o en tantas otras.
Y si hizo falta un segundo cámara en la sesión fotográfica del Burrero, pudo haber sido Miguel Castillo, que al año siguiente, al irse Emilio Beauchy Cano a Bayona 8, figuraría con su domicilio y estudio E. Beauchy sucesor Castillo en Sierpes 30 (la posible relación comercial que mantuvieron está aún por aclarar).
Simulación de la estereoscopía
Tras un análisis exhaustivo de las imágenes nº 142 y nº 179, se puede decir que el fotógrafo Emilio Beauchy Cano podría ser el espectador primero de la izquierda con el número 18, ya que resulta muy extraño que sea el único que se encuentra de espaldas a la (o las) cámara, con aparente indiferencia ante la sesión que está teniendo lugar. Curiosamente, es lo primero que llama la atención cuando se busca una ‘señal’ diferenciadora entre las dos imágenes que componen una estereoscopía.
La figura 18 está superpuesta sobre la parte frontal delantera de la tarima, blanco con dibujos ovalados verticales (arcos sobre columnas). Además, en la imagen izquierda (nº 179), se distingue una franja oscura vertical, entre el tercer y cuarto dibujo ovalado, junto al hombre que hay de espaldas que, sin embargo, no se observa en la foto de la derecha derecha (nº 142), porque está tapada por el espectador. Parece como si la posición de la cámara hubiese sido desplazada hacia la derecha los pocos centímetros necesarios para ello, o que existiera una segunda cámara sincronizada en el momento de la fotografía con la anterior.
Otras diferencias se encuentran en la figura 19, al quedar oculto el joven que está bebiendo detrás de él, así como la de encontrarse medio oculta la cara del niño por la mano de la figura 20, como se puede apreciar en la ampliación bajo estas líneas.
Por otro lado, si la mirada se centra en el grupo de artistas que están de pie, detrás de la figura 8, se aprecia, en la pared del fondo, un espejo que en la imagen derecha se ve en su totalidad. Así mismo, se puede observar un cuadro completo encima de la figura 17, mientras que en la otra imagen está casi oculto.
Conclusiones
Este análisis reafirma la consideración de que el fotógrafo Emilio Beauchy Cano, el año de la inauguración del Nuevo Burrero, en Sierpes 11, tuvo la intención de realizar, al menos, una estereoscopía con la temática del Café Cantante, utilizando para ello dos cámaras sincronizadas, con preferencia a la cámara de dos objetivos por la complejidad de las imágenes, según las diferencias indicadas y otras que abrimos la puerta a descubrir.
Respecto al orden de realización, con este estudio se concluye que la nº 179-2 pudo ser la primera imagen que se tomó, por la postura más natural de algunos de los artistas, como La Carbonera, Carlota Ortega y la Melliza (ésta con los brazos caídos), la mayor visibilidad de las caras de algunos espectadores y la actitud de estar mirando a la cámara, antes de ponerse a beber dos de ellos, situados a ambos lados de la figura 19.
También es posible que existieran más fotografías realizadas en esa misma sesión de 1888 y que han desaparecido para siempre o aún quedan por salir a la luz. Y, por qué no, de que en años posteriores, antes de su cierre en 1897, también fueran realizadas por Emilio Beauchy Cano.