BIOGRAFÍA de Emilio Beauchy Cano
Emilio Beauchy Cano fue uno de los máximos exponentes de la generación de fotógrafos de la España de finales de siglo XIX que alcanzó su cénit profesional en torno a 1880, junto a Antonio Rodríguez Téllez y Luis L. Mariani González. Su época de máximo rendimiento abarcaría desde 1882 hasta 1905, convirtiéndose en el fotógrafo de mayor esplendor de la industria del retrato en la Sevilla de las postrimerías del siglo XIX.
Nacido el 20 de septiembre de 1849, en el número 102 de la calle Sierpes de Sevilla, Emilio Beauchy Cano empezó siendo fotógrafo en la azotea de su casa y terminó abriendo uno de los gabinetes de fotografía más importantes, elegantes y de mayor prestigio de Sevilla.
Cultivó casi todos los géneros, desde el retrato fotográfico de toreros, artistas flamencos, personajes históricos o anónimos, hasta los paisajes costumbristas de Sevilla y del resto de Andalucía, como las vistas de la Alhambra de Granada, el Tajo de Ronda en la provincia de Málaga o la Mezquita de Córdoba, entre otras.
Siempre con una mirada fotoperiodística única, muy adelantado a su época, Beauchy Cano dejó importantes testimonios gráficos de acontecimientos relevantes vinculados a la capital hispalense.
Es el caso del desbordamiento del río Guadalquivir, en 1892, a su paso por Sevilla, o el hundimiento del cimborrio de la Catedral de Sevilla, en 1888, tras un terremoto de baja intensidad, como se puede ver en las imágenes.
Emilio Beauchy Cano vivió desde pequeño el ambiente fotográfico en todos los ámbitos. Dio sus primeros pasos ayudando a su padre Julio Beauchy Peron, un inmigrante francés procedente de la región de La Picardie, en el estudio que éste tenía en Sevilla en la calle Sierpes número 30 (antes 102 hasta 1868), tanto en trabajos de gabinete como las imágenes que tomaba al aire libre.
Fue precisamente su padre el responsable de su formación fotográfica: las técnicas de colodión y la albúmina fueron la base de sus primeros conocimientos, si bien pronto pasaría al nuevo proceso del gelatinobromuro de plata con el que realizaría la mayor parte de su obra fotográfica.
Emilio Beauchy cano se afianzó profesionalmente en el mundo de la fotografía hacia 1875, coincidiendo con el declive de su progenitor.
Una de sus instantáneas más reconocidas, que ha servido de cabeza de cartel de numerosas exposiciones y de inspiración para algunos artistas, ha sido el Café Cantante El Burrero, realizada hacia 1888, un documento único de los escenarios donde nació el flamenco en la Andalucía de finales del siglo XIX.
Así como la serie de Las Cigarreras de la Fábrica de Tabacos, que estaba ubicada en el actual Rectorado de la Universidad de Sevilla, y que supone uno de los primeros testimonios que reflejaba las difíciles condiciones en las que trabajaban casi cinco mil mujeres.
Durante la Edad de Oro del Retratismo de Galería, en la década de los 60, el aumento de la clientela propició que a nombres legendarios como Laurent, Napoleón, Hébert, Spreafico, Juliá, Antonio García, Godínez o Martínez Sánchez, se le unieran otros como el de Emilio Beauchy Cano, que supo aprovechar muy bien el auge de la demanda del negocio fotográfico.
Beauchy Cano utilizó numerosas técnicas fotográficas que desarrollaría con gran calidad en su serie de retratos, tanto de personajes ilustres (los hermanos Machado de niños en la imagen) como de desconocidos que le darían gran notoriedad en España.
En la edición de ‘Retratos y Fotógrafos’ de Miguel Yáñez Polo, se recoge que Beauchy Cano cultivó el recién nacido género del Reportaje, así como el esmalte, siendo en esta especialidad uno de los maestros más importantes de Sevilla.
Además, el fotógrafo realizó un álbum que hoy se encuentra en los fondos del Ayuntamiento de Sevilla y es una de las primeras colecciones completas que se conservan, distinguiéndose las fotografías de la calle de la Carretería y de la Plaza del Pacífico (hoy conocida como de la Magdalena).
Emilio, junto con su padre Julio Beauchy Peron, sin dejar el estudio-domicilio de Sierpes 30, estuvo asociado con Antonio Rodríguez Téllez entre 1874 y 1879 bajo la firma Beauchy&Rodríguez en el estudio de Sierpes 16 y San Acasio 2.
Según se describe en el Diccionario de Ateneístas, por aquellas fechas ya había culminado la Colección de vistas y monumentos de Sevilla, compuestas por más de 400 obras a la albúmina, realizadas bajo la dirección de su padre y mediante las cuales competía con Juan Laurent, establecido en Madrid.
En 1880, año en el que Emilio Beauchy Cano se casó con María de la O García Palacios (en la Iglesia del Sagrario) se anuncia por primera vez como ‘fotógrafo’ en el mismo estudio de su padre, que había sido reconvertido en un bazar. Un año después, en 1881, fallece su padre, y es entonces cuando comienza a utilizar la pólvora fotográfica como primer sistema para la obtención de imágenes instantáneas con luz artificial. Este material lo convierte en el precursor del moderno ‘flash fotográfico’, según apuntaría Miguel B. Márquez.
En 1889, año que posiblemente viajó a la Exposición Universal de Paris (en familia se decía presenció la actuación de Buffalo Bill) y después de 40 años viviendo desde que nació en Sierpes 30, inicia cuatro años de transición, trasladándose primero al número 8 de la calle Bayona y los años siguientes a la céntrica Plaza de la Campana 5, en el corazón de Sevilla. Entre 1889 y 1891 figura viviendo en Sierpes 30 el fotógrafo M. Castillo, no conociéndose bien el tipo de asociación que pudo mantener con Emilio Beauchy. De esta época son las fotografías que llevan la firma ‘Beauchy sucesor M. Castillo’.
La firma y los estudios fotográficos, normalmente en el pie o en su reverso, son una clave esencial para poder datar imágenes de cada uno de los Beauchy, pues el expolio y la compraventa que realizaron los protagonistas o sus descendientes de los originales obliga a cuestionar las referencias documentales recogidas hasta ahora.
Rondando el año 1893 todavía quedaría un traslado mas de Beauchy Cano, a la Calle Rioja (número 24, dos años después modificado en 22) donde el fotógrafo se establecería definitivamente.
Hacia 1905, año en que fallece su mujer a los 41 años, su único hijo, Julio Beauchy García, se incorporaría al taller fotográfico de su progenitor hasta 1913, fecha en la que el estudio fue vendido a Augusto Pérez Romero. Unos años antes, Beauchy Cano después de dejar de figurar cómo fotógrafo profesional y de que su hijo se hubiera casado (1907) se mudó al número 17 de la Calle San Fernando, donde vivió hasta 1916. Durante esta etapa, Emilio Beauchy mantuvo un segundo domicilio en Utrera, concretamente en el número 9 de la Plaza de la Constitución, donde ya pasaría sus años de senectud.
El autor estaba ya ligado a la localidad de Utrera por razones de parentesco, ya que su hermana Matilde se casó con el banquero y empresario Rafael Adame de la Peña, quien fue alcalde de la ciudad en 1915 y con el que según algunos había mantenido cierta amistad desde joven.
La muerte le sorprendió a Emilio Beauchy Cano en su domicilio de Utrera el 15 de enero de 1931, unos meses antes de la proclamación de la Segunda República Española.
El fotógrafo fue (y permanece aún) enterrado en el Patio de Santiago del Cementerio de Utrera.
Sus fotorreportajes fueron publicados en las revistas españolas más prestigiosas del momento, mediante la técnica del grabado xilográfico y la impresión a la fototipia, que por aquel entonces comenzaban a utilizarse. Tal y como se puede ver en las revistas Sol y Sombra o en La Ilustración Española y Americana.
Además, algunas de sus fotos más significativas de Sevilla aparecieron en álbumes de prestigio, como la selecta colección de láminas Panorama Nacional a doble volumen.